Carpe Diem

 “El día de hoy no se volverá a repetir. Vive intensamente cada instante. Lo que no significa alocadamente, sino mimando cada situación, escuchando a cada compañero, intentando realizar cada sueño positivo, buscando el éxito del otro, examinándote de la asignatura fundamental: el Amor. Para que un día no lamentes haber malgastado egoístamente tu capacidad de amar y dar vida por lo que continuará...” 

Mr. Keating entiende y enseña el concepto de “Carpe Diem” desde un pensamiento de libertad, pero no de tener una libertad que transgreda reglas, sino de una libertad que lleve a la persona a hacer lo que su alma le diga que lo haga sentir pleno y tal como él decía a sus estudiantes no sentir al morir que nunca vivió, un llamado a vivir responsablemente en plenitud, libertad no significa actuar sin pensar, si no que pensar para actuar bien y con sentido. Para llegar a la plenitud y a la libertad no significa vivir de manera aislada, sino tener una vida común, con personas cercanas que lo hagan sentir felices, por esto es necesario también encontrarse con otros para otorgar un sentido a la vida, por esto se plantea que: “Responder activamente a toda invitación al encuentro –invitación que supone un gran valor, porque hace posible la realización ineludible para conferir sentido pleno a la vida, a la propia e incluso a la de otras personas, que están llamadas a dejar de sernos extrañas y convertirse en íntimas[1]”. En definitiva vivir con sentido es también, vivir unidos, con relaciones intimas con seres cercanos.

Para Mr. Keating, vivir significaba aprovechar el día, en el sentido de vivir la vida en plenitud, darle sentido a lo que uno hace y él como uno vive, el sentido que le dé cada persona a la vida, es el motivo por el cual pueden llegar a sentirse tristes o felices, frustrados o realizados, por esto vivir sin sentido no es vivir.  Así como lo demuestra el  estudio hecho por 
Víctor Frankl de que “… la causa de tantos desarreglos psíquicos como atormentan a las gentes no radica en la represión sexual, como afirmaba Freud, ni en la falta de poder, como pretendía Adler ‑dos psiquiatras asimismo vieneses‑, sino en la falta de sentido[2].           El darle sentido a la vida nos lleva a hacer acciones para lograr la satisfacción y evitar la frustración, llegando a una alegría plena por lo hecho o logrado.
“La experiencia nos muestra que el sentido abarca más que el significado. Para captar el significado de una acción basta analizar ésta en sí misma[3]”. El hecho de darle sentido a la vida, nos lleva a analizar como seres humanos el por qué de nuestras acciones y el cómo y para qué actuamos.





[1] Necesidad de dar sentido a la vida (segunda parte) Alfonso López Quintás El sentido de nuestra vida pende del ideal de la unidad
[2] Artículos actuales sobre el sentido de la Vida Necesidad de dar sentido a la vida (primera parte) Alfonso López Quintás
[3] Nuestro ser está llamado a la comunicación y el encuentro

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